Desmontamos el negacionismo del presidente del Comité Olímpico Español (COE) en su intervención del pasado miércoles 25 de mayo. En este acto se celebró el Encendido de la Luz de Iberdrola. Ésta permanecerá encendida en la sede de la compañía durante la celebración de los JJOO, simbolizando el compromiso con el olimpismo, la igualdad de oportunidades y el empoderamiento de las mujeres. En este acto estuvieron presentes 11 grandes deportistas a las que patrocina Iberdrola para la representación de España en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Las protagonistas fueron: Miriam Casillas, Desiré Vila, Eva Moral, María Xiao, Beatriz Pérez, Laura García, Sandra Sánchez, Teresa Portela, Eli Cesáreo, Loida Zabala y Carolina Marín. 

Afirmar la igualdad en las federaciones es un ejercicio de cinismo o de ceguera 

En la ceremonia, el presidente del COE, Alejandro Blanco tomó la palabra e hizo un alarde de desfachatez en gran parte de su discurso. Afirmó que «El deporte femenino se disparó en cuanto hubo igualdad en las federaciones deportivas«. 

Esta afirmación es llamativa y hasta cierto punto escandalosa teniendo en cuenta las desigualdades inherentes en las estructuras de poder de las federaciones y las desigualdades que viven las deportistas dentro de las mismas. 

El “deporte femenino» se ha disparado porque la sociedad está cambiando. Se ha producido un cambio sustancial en las sociedades occidentales provocado por los movimientos feministas que exigen la igualdad y denuncian la estructura patriarcal y cultura machista de nuestra sociedad. Este cambio ha propiciado que las mujeres empiecen a ocupar espacios hasta ahora vedados por los hombres con argumentos espurios

El ejemplo paradigmático es precisamente el deporte. La negación del acceso al deporte de las mujeres se ha argumentado desde diferentes ámbitos científicos y académicos (médico, fisiológico, biológicos, etc.) hasta bien entrado el siglo XX. Argumentos con la autoridad suficiente como para perpetuar la subyugación de las mujeres bajo dichos mandatos.

Predicar con el ejemplo, el techo de cristal en el COE

El mundo del deporte y las federaciones mantienen estructuras retrasadas y arcaicas basadas en la segregación y donde se manifiestan cuotas de desigualdad sangrantes hoy en día. La propia institución del COE adolece de criterios igualitarios en cuanto a su estructura organizativa. El propio Alejandro Blanco  accedió a la presidencia del organismo en septiembre de 2005, cuando derrotó en las elecciones de ese año a Mercedes Coghen por 101-84. Desde ese año se perpetúa en el cargo presidiendo una institución claramente desigualitaria si atendemos a la estructura de la misma. Tan solo un 11% de mujeres pertenecen a la Asamblea General de esta institución, es decir, de 116 representantes tan solo 13 son mujeres. Su contrincante en las elecciones de 2005, Mercedes Cohen, asegura que estamos peor que antes y que existen todavía negacionistas de la desigualdad.

¿Cinismo o ignorancia?

El dirigente remarcó que «la lucha por la igualdad hace que la mujer entienda que a través del deporte pueda ampliar su campo de acción«.  

En primer lugar, esta lucha la hacen las mujeres. Y en segundo lugar, las mujeres tienen claro este campo de acción. El problema es que el acceso a los mismos está vedado por vestigios, normas y estructuras patriarcales que hacen que los hombres se perpetúen en los puestos de poder en el ámbito deportivo como el ejemplo de este protagonista. Los innumerables éxitos de las deportistas no se deben a la igualdad, se deben a su esfuerzo , sudor, sufrimiento, resiliencia y sacrificio, sin apenas recompensas y en un terreno en muchas ocasiones hostil para ellas.

Incidiendo en los despropósitos del discurso, Alejandro Blanco continuó con la siguiente afirmación: “Cuando el Comité Olímpico Internacional buscaba la igualdad de participación, en el Comité Olímpico Español ya estábamos en el 50% de hombres y mujeres”. 

Esta igualdad de participación no es lo mismo que la igualdad de condiciones vitales y de existencia así como de oportunidades entre hombres y mujeres en el deporte español. Las mujeres llevan a cabo un sobresfuerzo inherente a la situación estructural donde están ubicadas. Al utilizar “la igualdad de participación” está distorsionando una realidad que es claramente desigualitaria. No es lo mismo la igualdad de participación que la igualdad en el deporte.

Japón como ejemplo desafortunado de un país igualitario

Continuó en su discurso con unas alabanzas al país anfitrión de los JJOO que resultaron igual de desafortunadas y erróneas que las anteriores. Blanco destacó que Japón es «una gran sociedad y un gran país que incluso ha creado un ministerio para combatir la soledadJapón va por delante en muchas cuestiones sociales, cuida a sus mayores, a sus niños y a la gente con discapacidad”.  

No dudamos que Japón sea un país maravilloso pero en temas de igualdad deja mucho que desear. El propio presidente de los JJOO tuvo que dimitir de este cargo por llevar a cabo declaraciones sexistas como que las mujeres “hablan mucho” y “son molestas”. Japón va por delante en muchas cuestiones sociales pero en temas de igualdad se sitúa a la cola. Según el último informe sobre las desigualdades hombres-mujeres del Forum Económico Mundial, Japón se sitúa en la 121ª plaza de 153 países. Y en la 131ª plaza sobre la proporción de mujeres en puestos de responsabilidad en las empresas, la política y la administración. 

No dudamos de que Japón cuide a sus mayores, a sus niños (no sabemos si a las niñas) y a las personas con discapacidad. Pero respecto a las mujeres, es decir, la mitad de su población no es un ejemplo a seguir sino todo lo contrario. Escogió de nuevo un tema desacertado teniendo en cuenta el contexto donde se llevó a cabo y los objetivos que perseguía. No sabemos por lo tanto, si es cuestión de cinismo o de pura ignorancia de un presidente que lleva ejerciendo el puesto desde el 2005. 

El uso del masculino genérico demuestra poca sensibilidad y conciencia de igualdad

El colofón a este desventurado discurso lo lleva a cabo cuando presenta el lema de estos juegos con el uso de un lenguaje no inclusivo:

“El lema es ‘Unidos por la emoción’ y el COVID nos obliga a no reunirnos y a mantener la distancia, pero en estas circunstancia estoy convencido de que la emoción que nos producirán los deportistas nos unirán a todos».

No sabemos si ha tenido en cuenta a las deportistas y al hecho de que las mujeres también se emocionan. Lo único que podemos constatar es lo manifestado. El uso del masculino genérico en un acto que pretende simbolizar la igualdad de oportunidades y el empoderamiento de las mujeres en el deporte, demuestra la poca sensibilidad y conciencia de igualdad. Resulta cansino pero parece necesario reiterar que este recurso lingüístico, el uso del masculino genérico, oculta a las mujeres, que para más inri eran las verdaderas protagonistas del acto. 

(Foto de portada: COE)

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