El madrugón en Eugene mereció la pena. Los meses de trabajo y de concentraciones a miles de kilómetros de casa, también. Raquel González y Laura García-Caro tuvieron claro desde el principio que tenían queestar entre las mejores marchadoras del planeta. Quinta y sexta en el Mundial, lo lograron y eso es indiscutible.

Las españolas comenzaron como cada día y tras la rutina diaria cinco vueltas les esperaban bajo el frío de Oregon. Sin embargo, este frío paralizador no pudo con las españolas en una competición que se definió desde el principio. 

La peruana Kimberly García León, campeona en 20 km hace una semana, puso tierra de por medio desde el inicio. Desde este momento, nadie le discutiría su segundo e histórico oro con récord del campeonato y de Sudamérica en 2:39:16. Le siguió la polaca Katarzyna Zdziebó, con el arrojo suficiente que la valió la plata con récord nacional en 2:40:03. 

Raquel González y Laura García-Caro no arriesgaron ante un ritmo con el que se habrían inmolado y se agruparon en el conjunto perseguidor. Poco a poco, este pelotón se iría desintegrando con el paso de los kilómetros. Pasaron el km 5 en 23:51, el 10 en 47:32 (aún eran 11) y el 15 en 1:11:03. Para el km 20, que cruzaron en 1:34:24, apenas quedaban cinco en la persecución por el tercer cajón del podio. Pero este puesto ocupado por la china Shijie Qieyang estuvo definido desde el principio sin más opciones. 

Cuanto más dura la carrera, mejor para Raquel y Laura, las únicas perseguidoras que se mantuvieron con opciones de alcanzar a Qieyang. Raquel, cuarta en ese momento, incluso redujo la distancia con la china a menos de un minuto, aunque no llegaría a rematar la remontada. 

En los últimos kilómetros, una invitada sorpresa como la griega Antigoni Ntrismpioti, llegó desde atrás con fuerza para ir recuperando posiciones. Primero adelantó a Laura y posteriormente a Raquel, para finalmente acabar cuarta, pero lejos de Qieyang. 

Finalistas a pesar de las adversidades 

Después de una temporada durísima para Raquel González, en la que los problemas físicos no le han permitido entrenar con continuidad ni acercarse a su mejor versión, la catalana ha renacido en Eugene. El quinto puesto mundial supone su mejor clasificación en un gran campeonato y también un empujón de motivación de cara al Europeo de Múnich. «Vamos hacia arriba, nos encontramos cada vez mejor y la ilusión es cada vez más grande», afirmaba al término de la carrera. 

Laura García-Caro, que venía de realizar una gran temporada, se sobrepuso a una contractura en los isquiotibiales en las semanas previas al Mundial. También logró su mejor clasificación en una cita del máximo nivel. 

«En caliente no he notado ninguna molestia y he podido marchar bien. Estoy agradecida de haber podido dar todo y no tener ningún problema en el último momento. Desde el kilómetro 15 ya sufría a ritmos altos, pero sabía que había entrenado para ello y que podía seguir un poquito más. Quería pelear y sacar mi máximo rendimiento, y creo que lo he hecho. No me puedo reprochar nada».

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